Lo primero que deseo decirte es que te “Felicito” y te “Admiro” porque lo has hecho lo mejor que podías con las herramientas que tenías y las circunstancias que te rodeaban.
Y ahora que te has puesto “manos a la obra” para mejorar esos aspectos de tu infancia que están bloqueando tu felicidad actual, es importante que pongas tu atención en trabajar esta 4ª Etapa.
Esta etapa tiene que ver con la identidad, con nuestros sentimientos y pensamientos hacia nosotros mismos. Si afirmamos nuestra identidad nos separamos de los demás. También se desarrollan nuestros límites, desarrollando a su vez nuestro poder personal y descubrimos que nuestra manera de ser tiene un efecto en los otros y el lugar que ocupamos en los grupos.
Es una etapa de fantasía, ilusión, amigos imaginarios y emocionalidad, comenzamos a preguntarnos: ¿quién soy?, ¿cómo soy?, ¿qué me gusta?….desarrollando una base de valía personal. Todo esto está íntimamente relacionado con la relación que como niño/a tiene con los padres y como estos se sienten con ellos mismos. Es decir, que si nuestros padres son adultos avergonzados, codependientes, adictos, los hijos imitaremos muchos de sus comportamientos, lo que dificultará, cuando seamos adultos, tener relaciones sanas.
Y el dialogo interno que se forma en nosotros es: “Los demás son más importantes que yo”, “No encajo” “Tengo que ocuparme de los demás “Hay algo de mi que no está bien”
Pero, tenemos una buena noticia, a través de nuestra conexión con nuestro niño interior podemos restaurar ese momento y sanarlo. A continuación, te propongo algunas acciones reparativas para que puedas ir trabajando:
Aprende a apreciar tu cuerpo y tu imagen física.
Disfruta escribiendo cómo te sientes, cómo te ves, tus sueños e ilusiones
Date cuenta de tus dones y virtudes, y cómo desarrollarlos.
También puedes realizar algunas de estas afirmaciones:
“Puedo ser poderoso y pedir ayuda al mismo tiempo”
“Amo quien soy”